09 noviembre 2019

Corticoides para perros: Efectos secundarios por uso continuado


Los corticoides para perros se utilizan frecuentemente para tratar diferentes patologías. Analizamos su mecanismo de acción y los principales efectos secundarios debido a un uso continuado.

Los corticoides son fármacos lipofílicos que penetran en la célula por difusión pasiva. Cuando se unen a su receptor citoplasmático, se dimerizan y pasan al núcleo, donde se unen a secuencias específicas de bases, actuando sobre el ADN y facilitando la síntesis de ARN mensajero. Como resultado, aumenta o disminuye la producción de las proteínas correspondientes. Esos cambios son los responsables de las principales acciones farmacológicas de los corticoides, desde sus efectos antiinflamatorios hasta su acción inmunosupresora y antialérgica, como detalla un artículo publicado en la revista IM Veterinaria (1). No obstante, algunos de esos cambios también producen efectos secundarios indeseados, sobre todo en los tratamientos prolongados.




Principales efectos secundarios del uso continuado de los corticoides


Inmunosupresión. 

Los corticoides inhiben el procesamiento del antígeno por parte del macrófago, disminuyen la síntesis de algunas proteínas que podrían actuar como anticuerpos y reducen el número de linfocitos T deprimiendo el sistema linfoide. Por consiguiente, tienen un gran efecto inmunosupresor que, si bien puede ser beneficioso para tratar las patologías inmunomediadas, también puede ser perjudicial ya que predispone al animal a sufrir diferentes tipos de infecciones. Esa es la razón por la que en algunos casos los corticoides se acompañan con antibióticos, para prevenir la aparición de infecciones oportunistas.



Dificultades gastrointestinales. 

Uno de los efectos secundarios más comunes de los corticoides para perros, sobre todo cuando se utilizan en dosis muy altas o se mantienen a largo plazo, son los vómitos y la diarrea. Estos medicamentos también provocan un aumento de la producción de pepsina y ácido clorhídrico, lo cual, sumado a su acción inhibidora sobre la síntesis de prostaglandinas, puede causar ulceración o incluso perforación gastrointestinal, como comprobó un estudio realizado en la Universidad de Berna (2). Es una de las principales razones por la cual su uso se acompaña de protectores gástricos.


Retraso en la cicatrización de heridas y el crecimiento de los cachorros. 

Los corticoides bloquean el anabolismo proteico, o sea, la síntesis de proteínas a partir de precursores, lo cual puede causar atrofia muscular, disminución de la matriz ósea e inhibición del crecimiento longitudinal de los huesos. Esos mecanismos explican tanto el retraso en el crecimiento de los animales jóvenes como las dificultades en la cicatrización de las heridas. Por eso su uso no se recomienda tras una cirugía o si existe una herida abierta.


Diabetes. 

Los corticoides tienen un efecto antagonista de la insulina, aumentan la gluconeogénesis e inhiben la utilización periférica de la glucosa, incrementando el depósito de glucógeno a nivel hepático. Ese mecanismo puede generar una hiperglicemia o glucosuria, lo cual puede hacer que algunos animales desarrollen  diabetes mellitus, sobre todo aquellos que ya se encuentran en un estado prediabético.


Problemas cardiovasculares. 

El uso de corticoesteroides se ha relacionado con la aparición de diferentes problemas cardiacos graves. Un estudio llevado a cabo en la Universidad de Arizona (3) con personas reveló que dosis elevadas de corticoides intravenosos se relacionaron con broncoespasmo, arritmias e infartos de miocardio. En perros, una investigación realizada en la Universidad de Zúrich (4) reveló que el uso continuado de hidrocortisona incrementa la presión arterial, lo cual “podría causar una remodelación vascular periférica irreversible seguida de una mayor rigidez de la pared y una mayor resistencia vascular”, según los investigadores.


Cambios comportamentales. 

En medicina humana, los efectos secundarios a nivel de comportamiento en los pacientes tratados con corticoides son ampliamente conocidos. Un estudio realizado en la Universidad de Lincoln (5) reveló resultados similares en perros. Los animales tratados con corticoides eran significativamente menos juguetones, se mostraban más nerviosos e inquietos, más temerosos, menos seguros y tendían a evitar personas o situaciones inusuales. Además, eran más propensos a ladrar y se comportaban de manera más agresiva en presencia de alimentos o cuando los molestaban.

Otros efectos secundarios vinculados a los corticoides incluyen una elevación de las enzimas hepáticas como la albúmina. También pueden causar eritrocitosis y anemias en caso de insuficiencia adrenal. Los tratamientos prolongados, además, podrían inducir Síndrome de Cushing debido al aumento del cortisol.




Por último, otro problema a considerar es que los corticoides pueden interferir en el diagnóstico de enfermedades, sobre todo en aquellas de índole neurológica ya que afectan a los resultados de pruebas destinadas a evaluar el líquido cefalorraquídeo y a los de pruebas de resonancia magnética.



1. Martín, P. et. Al. (2016) El uso de corticosteroides en el tratamiento de enfermedades neurológicas en pequeños animales. IM Veterinaria; 5: 66-69.

2. Neiger, R. et. Al. (2000) Gastric Mucosal Lesions in Dogs with Acute Intervertebral Disc Disease: Characterization and Effects of Omeprazole or Misoprostol. Journal of Veterinary Medicine; 14(1): 33-36.

3. Erstad, B. L. (1989) Severe Cardiovascular Adverse Effects in Association with Acute, High-Dose Corticosteroid Administration. Annals of Pharmacotherapy; 23(12): 1019-1023.

4. Schellenberg, S. et. Al. (2008) The effects of hydrocortisone on systemic arterial blood pressure and urinary protein excretion in dogs. J Vet Intern Med; 22(2): 273-281.

5. Notari, L. et. Al. (2015) Behavioural changes in dogs treated with corticosteroids. Physiol Behav; 151: 609-616.



Fuente: https://www.affinity-petcare.com/vetsandclinics