28 febrero 2011

Perros y niños


Cómo Establecer una Relación Positiva entre Caninos y Niños

Establecer una relación positiva entre caninos y niños requiere una supervisión adecuada, pero bien vale la pena. Jamón y huevos, pastel de manzanas y helado, niños y cachorros. Todas estas son cosas que creemos que van juntas naturalmente. Ponga un niño pequeño y un cachorro en su jardín y repentinamente veremos imágenes de tardes de verano en el parque.



Si se maneja adecuadamente, esta puede ser una experiencia verdaderamente valiosa para todos los involucrados: el niño, los adultos y el perro. Si no se maneja adecuadamente, sin embargo, la relación entre perros y niños puede rápidamente volverse poco amistosa. Frecuentemente se asume que fue el perro el que falló y que "simplemente se volvió agresivo".

Debería quedar claro que, como entrenador profesional, estoy escribiendo aquí como partidario de los perros, y a pesar que amo a los niños, mi propósito en este artículo es darle a usted la perspectiva del perro. Permitámonos regresar por un momento al comienzo de la vida de un cachorro, antes de que comience el contacto con humanos, cuando  primero aprende a jugar.

Entre los 21 y 49 días de edad, su cachorro, con sus hermanos de camada, aprende los comportamientos sociales que lo transforman en un perro.

Una gran porción de su experiencia de aprendizaje es el resultado de juegos de peleas con sus hermanos y hermanas. La diversión de un cachorro, a menudo incluye utilizar sus dientes. Antes de luchar con los niños en el jardín, los cachorros necesitan aprender la diferencia entre socializar con perros y socializar con humanos.

Contrariamente a la opinión popular, los perros y los chicos no se llevan bien juntos automáticamente. Todo lo contrario. El comportamiento normal diario de un niño, tiene una fuerte tendencia a enloquecer a los perros. Aún los adultos confunden a los perros ya que lo que nosotros consideramos un comportamiento amistoso, normal, el perro a menudo lo considera todo lo contrario.

Desde la perspectiva de un perro, podría ser algo así: "Oh, no! aquí viene Juancito otra vez. Yo sé que él va a correr por todo mi territorio con sus juguetes, tomarme de la cara como si fuera el perro alfa, y probablemente tirará de mis orejas como lo hizo la última vez. Ustedes saben, siempre comienza como una gracia."

"Luego cuando yo me canso, le doy al todas las señales para que comprenda que ya terminé de jugar y quiero descansar, pero la continúa por horas. Luego él comienza con su dominante-agresiva rutina, y yo simplemente debo hacerle entender que significa esto."

"Entonces yo gruño o le doy un tarascón y adivinen que sucede? Yo soy el que se metió en problemas con el "líder de la manada" (La mamá de Juancito). Cada vez que interactúo con este pequeño humano, algo malo sucede en mi vida. Yo creo que él no me gusta mucho que digamos."

Antes de seguir adelante, permítanme clarificar que soy obviamente, una persona influenciada por los perros y creo que ¡cada niño debería crecer con un perro! 

La recompensa por tener un perro en la vida de un niño, o en la vida de un adulto en lo que a esto concierne, pesa mucho más que la carga de asegurarse que la relación es positiva. Para llevar a cabo esto, sin embargo, debemos entender como nuestros perros piensan y reaccionan, debemos tener el perro correcto para nuestra situación, y lo más importante, tomar los pasos apropiados para enseñarle a ambos, niño y perro, como comportarse en esta relación.

Entonces regresemos a Juancito en su jardín y analicemos qué estaba sucediendo y por qué el perro estaba molesto.

Agitación excitada

Niños corriendo alrededor en el jardín que el perro normalmente considera su territorio, tiene el efecto de sobreexcitar al perro. Esto hará que un perro hiperactivo sea aún más excitable y puede causar indebido temor en un perro tranquilo.

Ahora, es cierto, los perros aman los juegos de persecución. Los cachorros aprenden a cazar y correr con la manada gracias a jugar a perseguirse. Ellos sin embargo, mordisquearán los talones de la persona o niño a la que están persiguiendo. A medida que crece, el perro continuará con el juego de persecución aún cuando su peso sea ahora de 60 libras y que cuando lo alcance a usted, posiblemente lo haga volar a través del jardín. Los perros adultos encuentran en la frenética energía de los chicos una experiencia aterradora.

Reacción temerosa

Todos los perros son mordedores potenciales. En la situación correcta, aún el más dulce muerde.

El compañero más confiable puede verse obligado a morder. La mayoría de las mordeduras son originadas por temor o dolor y no son un acto agresivo de parte del perro. Desde el punto de vista del perro el simplemente está actuando en aceptable autodefensa.

Juancito tienen que entender la diferencia entre un juguete y una mascota. Si Juancito se para sobre su camión de juguete y lo rompe, el camión no se dará vuelta y lo morderá; ¡el perro sí!

Asociación positiva vs. negativa

Los perros aprenden por asociación. Ellos asocian una situación como resultante en una reacción positiva o negativa para sus vidas. Este simple hecho es la base de todo lo que enseñamos en las clases de obediencia. Si cada vez que su niño interactúa con el perro, el perro termina siendo castigado, esa asociación podrá hacer que su perro comience a ver no solo a su hijo sino a todos los chicos como una causa de castigo. El resultado final de esta inter-actuación necesita ser positiva para el perro. Como un ejemplo, si él juega bien durante 10 minutos con Juancito en el jardín, Juancito debe darle un hueso masticable o algún premio y un tiempo de tranquilidad.

Estatus de manada

Los perros son animales de manada. En la manada cada uno tiene un rango desde el perro alfa hasta el último en categoría. Todos los humanos en la casa son parte de la manada y todos los humanos necesitan tener un rango más alto que el perro, y esto incluye a los niños.

Molestando

Los niños se molestan entre ellos, a menudo molestan a los adultos y a menudo molestan a los perros. Ellos se agarran de la cola del perro, tironean sus orejas y se arrojan sobre su cara con toda medida de juguetes, palos y dedos. Para los perros, este compartimiento por parte de los niños, aun cuando se supone que es parte de una diversión, causa agitación, temor y confusión, tendiente a incrementar los niveles de ansiedad y empujando al perro aun más cerca de una reacción negativa.

Dominancia

Lo que la mayoría de nosotros consideramos como normal para mimar y acercarnos a nuestro perro (o peor aún, a un perro extraño), los perros lo ven como una postura dominante. Damos palmadas en su cabeza, ponemos nuestras manos encima de él. Desde la forma de pensar de un perro, estos y otros actos son despliegue de dominancia. Como líder de la manada el adulto de la familia debería poder hacer esto. Los niños, como otros miembros de la manada, aún con un ligero rango superior al del perro, no deberían. El perro puede ver estos mismos actos por parte de los niños como una trasgresión.

Mirar fijamente

Los niños, en parte debido a una curiosidad natural, a menudo se paran frente a la cara misma del perro y lo miran fijamente. ¡Usted adivinó! ¡Dominancia! Solo el líder de la manada puede mirar así al perro. Inténtelo con su perro. Si usted es, en la mente de su perro, realmente el líder de la manada, él desviará la mirada luego de unos pocos segundos, especialmente si la expresión de su cara es un tanto severa.

Una palabra de cautela aquí : Si usted no es el perro alfa (en la mente del perro), su reacción puede ser un ladrido o gruñido. Preste atención al aviso, mire hacia otro lado y llévelo a una escuela de obediencia.

Ahora que tenemos a Juancito mirando fijamente directo a la cara del perro, Juancito le brinda al simpático perrito una gran sonrisa. Para la gente, esta es la más amistosa de las expresiones, solamente que los perros no sonríen. Para un perro, sonreír es mostrar los dientes, para un perro esto significa: "adivina para que son estas grandes cosas blancas".

Dominancia nuevamente, ¿Correcto? ¡No! Esta vez es un poco más serio. Es llamado agresión. Sonreír está bien, pero no muestre demasiado "blanco" y no lo haga cuando está mirando a su perro fijamente hacia abajo. Así, después de todas estas precauciones, ¿es el agregar un perro a la familia tan complejo y riesgoso que usted debería "tirar la toalla" y regalarle a Juancito un pececito dorado? No, no realmente. Los peces no pueden jugar a la pelota o agarrar el frisbee o correr con usted en el parque, y es difícil acurrucarse en el sofá con Robert en una noche fría si Robert es un pez!

Ya hemos discutido la gran mayoría de trampas negativas con las que debemos tener precaución, y hemos visto que con un poco de manejo y entrenamiento, un perro puede ser una gran experiencia.

Selección

En un artículo posterior hablaremos en detalle sobre la correcta elección de un compañero canino, de acuerdo con su situación y estilo de vida. Por ahora, permítanme simplemente decir que esta selección es aún más importante si hay niños en el hogar y las tres características más importantes para tener en cuenta en el proceso de selección son: temperamento, temperamento y temperamento.

Entrenamiento

Ambos, humanos y perros, en una ecuación canina necesitan ser entrenados. En primer lugar, los adultos y el perro necesitan tener un claro entendimiento de las reglas de coexistencia. Luego usted necesita entrenar a Juancito en su rol, su manejo y comportamiento con la mascota de la familia. Entrenamiento de obediencia debería ser un requerimiento obligatorio. Busque un entrenador competente en su área para obtener consejos profesionales y clases de obediencia acordes a sus requerimientos. 

Lleve a Juancito a las clases con usted

La mayoría de los entrenadores no se opondrán a que los niños permanezcan en la clase si son tranquilos, atentos y están supervisados. Los niños deberían entender, sin embargo, que correr hacia perros extraños no es una buena idea.

Recuerde, sus compañeros de clase están allí porque necesitan entrenamiento también, y su presencia no es una indicación de que sus perros están ya bien educados. Si su hijo se descontrola o continuamente interrumpe la clase, nosotros los instructores de obediencia podemos mostrarnos maniáticos. Tengo niños en la mayoría, sino en todas mis clases, pero handlers únicamente adultos.

Supervisión

Cuando su perro es nuevo en la casa, toda interacción entre el perro y los niños debería ser supervisada por un adulto. Esto es tanto para cachorros como para perros adultos. Los cachorros requieren supervisor porque ellos están también aprendiendo modelos de comportamiento e impresiones que sostendrán por el resto de sus vidas, y los cachorros realmente tienden a ser "bocones" y les encanta jugar utilizando sus dientes.

Los perros adultos necesitan supervisión hasta que sean entrenados y acepten el rango de la manada hogareña y hasta que conozcamos más sobre el temperamento del perro ante determinadas situaciones. Debemos ser cautos. Los cachorros pellizcan. Los adultos muerden. Con un entendimiento apropiado de su compañero canino, precaución al principio, supervisión y entrenamiento para ambos, niños y perro, la relación puede ser una experiencia inigualable de amor y compañerismo. Ahora el monólogo de su perro en el jardín sería algo así: "¡Qué bueno! Aquí viene Juancito. La parte favorita de mi día. Podremos jugar a la pelota y pasar un buen rato y luego me dará un huesito para roer. Y puede ser que si soy realmente bueno hoy, él me lleve al parque.

Juancito es realmente agradable para mí y siempre suceden cosas buenas cuando él está a mi alrededor. ¡Realmente quiero a Juancito!"


Fuente: http://www.drromero.com.ar