15 agosto 2019

Tiña en perros

Dermatofitosis nodular canina (querion)

La tiña en perros es un problema dermatológico relativamente común. El querion, una de sus presentaciones clínicas, puede ser difícil de diagnosticar si no se recurre a las técnicas adecuadas. Un estudio analiza la fiabilidad de las diferentes técnicas diagnósticas para la dermatofitosis nodular canina. La dermatofitosis es una enfermedad zoonótica de alta incidencia que afecta fundamentalmente a las capas queratinizadas de la piel. Más conocida como tiña, es un problema contagioso causado por un grupo de hongos del género Microsporum, Trichophyton y Epidermophyton.



Aunque la tiña en perros no causa prurito y, por ende, no suele estar asociada a lesiones por rascado, es importante diagnosticarla y tratarla cuanto antes, sobre todo en las primeras fases de la enfermedad ya que será más fácil erradicarla. 

Dermatofitosis nodular: ¿Cómo se presenta?

La dermatofitosis nodular o querion es una de las presentaciones clínicas de la tiña en perros, aunque se estima que su incidencia entre todas las dermatofitosis es del 12 %, según indicó un estudio de la Universidad de Córdoba. Se trata de una respuesta inflamatoria granulomatosa que suele estar causada por el Microsporum gypseum. Dado que este dermatofito se halla en la tierra, es habitual que el querion se desarrolle en el hocico o las extremidades del perro. Suele presentarse como una lesión única, prominente, nodular y localizada acompañada de alopecia.


Imagen: diagnosticoveterinario.com

Los problemas en el diagnóstico de la dermatofitosis

Los efectos secundarios que causan los medicamentos antimicóticos, sobre todo a nivel hepático, unidos al prolongado tiempo de tratamiento que demanda la dermatofitosis hasta su remisión total, hace que sea necesario partir de un diagnóstico certero. No se debe recomendar una terapia antimicótica basándose en una suposición clínica. No obstante, en la práctica veterinaria no es inusual que la dermatofitosis se confunda con otras enfermedades, como una foliculitis estafilocócica. Uno de los principales problemas es que los dermatofitos atacan el folículo piloso, de manera que la lesión primaria que se aprecia visualmente es una pápula folicular, y solo en una etapa más avanzada invadirá los folículos adyacentes produciendo las lesiones circulares alopécicas clásicas con descamación central. Por tanto, para detectar la dermatofitosis nodular es imprescindible recurrir a diferentes técnicas diagnósticas. 

Las técnicas para el diagnóstico de la dermatofitosis nodular canina

Un estudio publicado en la revista Veterinary Dermatology describió 23 casos de dermatofitosis nodular en perros de diferentes razas, edad, sexo y con uno o varios nódulos. Sus autores señalan que pruebas como la lámpara de Wood, el examen microscópico de los pelos para detectar elementos fúngicos y el cultivo fúngico, pueden dar resultados negativos ya que la infección se localiza dentro de la dermis.

Lámpara de Wood (U.V.)
Esta técnica es útil para realizar un examen rápido, ya que algunas cepas de M. canis emiten una fluorescencia de color verde en los pelos infectados, aunque las costras, escamas o incluso las fibras de algodón pueden dar falsos positivos. No obstante, en el estudio, la lámpara de Wood fue negativa en todos los casos, por lo que no se considera una técnica concluyente para el diagnóstico de dermatofitosis.

Microscopía. 
Con este examen se pueden observar las artrosporas e hifas en los pelos infectados, aunque se necesita mucha práctica y es necesario seleccionar los pelos alterados que rodeen las lesiones. En el estudio, el examen microscópico del pelo mostró artrosporas en tan solo 8 de los 23 casos. Los raspados cutáneos en aceite mineral buscando artrosporas y/o hifas fueron positivos en 12 casos.

Cultivo. 
Normalmente el Dermatophyte Test Medium (DTM) es la opción más factible en la práctica clínica ya que permite saber en pocos días si se trata de un dermatofito o de un hongo saprófito. No obstante, hay que considerar que también tiene cierto margen de error, ya que los hongos contaminantes del medio pueden producir cambios de coloración similares a los que generan los dermatofitos. En el estudio, el cultivo fúngico fue positivo para Microsporum canis en 16 perros y para Microsporum gypseum en 1 perro, pero en 6 casos no se identificó el agente causante por cultivo fúngico. Biopsia. Ante cultivos dudosos y para diagnosticar el querion, los autores del estudio recomiendan recurrir a la histología con tinciones específicas. La tinción de Grocott-Gomori (GMS) es particularmente aconsejable pues genera en la muestra de tejido una reacción argentofílica que permite visualizar mejor el hongo.

Fuente: affinity-petcare.com