01 febrero 2017

Día mundial del galgo


Cada año en España nacen miles de galgos criados sólo para cazar. Llevan una vida llena de miedo y crueldad, y cuando se les considera inútiles, son salvajemente asesinados, colgados de los árboles, arrojados a pozos, golpeados hasta la muerte o abandonados 

Aunque los galgos necesitan siempre de nuestra ayuda, se ha decidido crear el Día Mundial de Galgo como una forma de aunar nuestras voces para denunciar la difícil situación de esta maravillosa raza. Se ha elegido el 1 de febrero porque es la fecha que marca el final de la temporada de caza, cuando para muchos galgos llega un destino aún peor que la vida cruel que han soportado.



Una existencia tan corta como cruel 

Los galgos se utilizan principalmente para la caza o para correr la liebre. Durante la temporada de caza que va de octubre a enero, muchos viven encerrados en zulos oscuros y estrechos y si no salen a cazar, pasan sus días enclaustrados y totalmente descuidados. Se les entrena con técnicas horribles, como remolcarles atados a coches, camiones o motos a mucha velocidad. Al final de la temporada de caza los galgueros se deshacen de muchos galgos de las formas más horribles que podamos imaginar: los cuelgan vivos de los árboles, los tiran a pozos, los dejan morir de hambre, los golpean hasta morir o los abandonan. 

Miles de galgos son asesinados cada año

Una de las maneras favoritas entre los cazadores para deshacerse de los galgos se conoce como "tocar el piano". Atan a los galgos del cuello y los cuelgan en un árbol para que el pobre perro apenas llegue al suelo, tratando de equilibrar y "baila " adelante y atrás con las patas traseras casi en el suelo, intentando evitar su estrangulación. Así es asesinado con una muerte lenta, de modo que el perro experimenta pánico, ansiedad, desesperación y un dolor inimaginable. La asfixia puede llevar horas, a veces incluso días. Al final, cuando el galgo ya no puede apoyarse sobre sus patas traseras, agotado en la trampa, finalmente se asfixia hasta la muerte.



Se les abandona simplemente cuando tienen una pata rota porque no pueden cazar de nuevo. Los que sobreviven languidecen abandonados en perreras donde, inevitablemente, terminan muriendo. La cría incontrolada y el abandono masivo de perros al final de la temporada de caza dejan una enorme población de perros famélicos y enfermos. 

Asociaciones en España, los rescatan y les buscan un nuevo hogar, dándoles así una nueva oportunidad de futuro. El Galgo es una raza verdaderamente preciosa. Aunque los galgueros no los consideran mascotas, se convierten en compañeros maravillosos y quedan eternamente agradecidos cuando se les da una segunda oportunidad.


 
Fuente: http://www.diadelgalgo.es/