13 diciembre 2019

Los perros San Bernardo dejaron el Centro Cívico de Bariloche


San Carlos de Bariloche (RN), Argentina
La fotografía de los turistas acompañados por los perros San Bernardo está destinada a desaparecer para siempre en Bariloche. Una ordenanza local estableció condiciones más restrictivas para los fotógrafos que les tomaban fotos con los turistas. Y ya no se los ve en la tradicional plaza del centro. 

En una época llegaba a haber hasta cuatro fotógrafos en todo lo ancho de la plaza barilochense. Unos, con animales de casi 100 kilos y de varios años, y otros exhibiendo cachorros irresistibles de la famosa raza. Corren otros tiempos y una concepción distinta de la relación del ser humano con los animales. 





A través de una ordenanza, el Concejo Deliberante de la localidad decidió desalentar fuertemente la actividad. De acuerdo al flamante texto aprobado por los ediles, los perros que hoy acompañan a sus amos al aire libre serán también los últimos. En otras palabras, los ediles ordenaron que una vez que mueran los actuales canes ya no se otorgarán nuevos permisos municipales a sus propietarios. También quedó prohibido que hagan fotos en el Centro Cívico, tal vez la imagen más emblemática. 

Su actividad podrá desarrollarse en los alrededores de la plaza, donde tampoco se los ve, Llao Llao, Punto Panorámico (Circuito Chico) y en la base del Cerro Catedral. Por supuesto en todos estos puntos los fotógrafos dependen del caprichoso clima del Sur porque hay escaso resguardo con el viento, la lluvia o la nieve. Sin embargo, en verano e invierno el punto más fotografiado por los turistas es la histórica plaza local a metros de las calles comerciales.


Además la actividad solo se podrá realizar con animales inscriptos en un registro municipal y que cumplan las condiciones de salud. Un veterinario examinará anualmente al can para confirmar que se encuentra en condiciones físicas de continuar. La ordenanza establece que cada perro no podrá “trabajar” más de tres horas diarias, colocando un límite crucial a algunos de los propietarios que exponían a sus animales a prolongadas jornadas mientras esperaban turistas. Los fotógrafos deberán permanecer con solo un perro de más de un año, que tendrá un chip y un collar identificatorio. Esta reglamentación termina de plano con las fotografías de San Bernardo cachorros que era muy común en Bariloche y una de las más pedidas. 

"Nosotros no estamos en contra del ejercicio profesional del fotógrafo, sino en contra del uso de los perros. Los animales no nos pertenecen, no podemos hacer cualquier cosa con ellos. Por otro lado, algunas de estas personas ocupan un espacio público que es para los turistas. Se han visto peleas entre fotógrafos y turistas que querían sentarse y ellos creen que los asientos del Centro Cívico son para que trabajen, lo que no es verdad", había indicado a Clarín en septiembre la concejal Cristina Painefil, autora del texto de la ordenanza.

Los dueños de los perros afirman que ellos cuidan de sus animales y consideran su actividad un trabajo formal. "Nosotros alimentamos bien a nuestros perros, los tratamos bien, hay muchas mentiras sobre que existe maltrato, pero no es cierto. Tampoco comen tanto ni provocan un gasto grande como dicen, los perros son parte de nuestras familias", dice el propietario de un San Bernardo que prefiere resguardar su nombre.

En este punto los concejales han disentido basándose en la Declaración Universal de los Derechos de los Animales que desde 1978 vienen difundiendo diversas asociaciones protectoras y grupos de ambientalistas. "Llegó un punto donde no nos reunimos más (con los fotógrafos) porque no hay manera de acordar. No acuerdo con que es una fuente de trabajo. Respeto lo que hacen, no desmerezco que una persona realice una actividad pero esto es un cambio de paradigma", dijo Painefil. 


Fuente: Clarín