22 noviembre 2020

Anatomía del perro - Externa e interna



El perro (Canis lupus familiaris) presenta una diversidad morfológica muy significativa, lo que complica su estudio. La anatomía del perro debería estudiarse según la raza pero esto sería un trabajo interminable, además no son solo las razas, sino sus cruces. Los huesos del perro varían entre las razas, teniendo algunas más huesos que otras. Lo mismo ocurre con los músculos.



La anatomía del perro es muy amplia debido a la diversidad de razas que existen. Las distintas razas de perros no solo difieren entre sí por el tamaño, sino por la forma de muchas partes del cuerpo. Una de ellas, quizá la más significativa, es la cabeza. Principalmente, encontramos tres tipos diferentes de cabeza:

Dolicocéfalos: los perros dolicocéfalos tienen la cabeza más larga que ancha. El cráneo y el hocico son alargados, los ojos ocupan una posición lateral, lo que dificulta que estos animales vean bien bifocalmente. Las razas que presentan este tipo de cráneos son los galgos o lebreles. También suelen tener un stop poco pronunciado. El stop es la zona de la cara del perro donde se une el hocico con la frente y, en estos perros, suele ser suave, poco marcado.

Braquicéfalos: la cabeza de los perros braquicéfalos se caracteriza por ser igualmente larga que ancha. Además, tienen el stop muy marcado. Por su anatomía, suelen tener muchos problemas respiratorios. Las razas que presentan esta anatomía son el bóxer, bulldogs, pequinés, etc.

Mesocéfalos: los perros mesocéfalos tienen una cabeza con características intermedias entre los dos tipos anteriores. Pueden o no tener el stop muy marcado. Los pointers, beagles y fox terriers son algunas de las razas que tienen este tipo de cabeza.

En la cabeza encontramos el hocico, que puede ser largo, corto, ancho o estrecho. El hocico limita con la frente en el stop, que también tiene una gran variedad de formas, muy convexos en perros braquicéfalos o incluso totalmente cóncavo en razas como el bedlington terrier. El hocico termina en la trufa, que es el final de la nariz del perro. Esta zona del cuerpo está recubierta por una piel especial, muy rugosa y, aunque tienen una forma similar en todos ellos, puede estar colocada más o menos baja.

Siguiendo con la anatomía canina, todos los perros tienen el mismo número y tipo de dientes, pero la mordida varía. Algunos perros cierran su boca colocando los dientes en pinza, de forma que sus incisivos rozan sus bordes entre sí. Otros tienen un tipo de mordida en tijera, estando el borde interno de los incisivos superiores rozando con el borde externo de los incisivos inferiores. Además, están los perros con prognatismo, donde la mandíbula inferior sobresale a la superior, muy típica de razas como bóxer o bulldog. Por último, cuando los incisivos superiores sobresalen a los inferiores hablamos de enognatismo, y es siempre un defecto en el perro, no ligado a la raza.
Como otras regiones de la anatomía del perro, los ojos y las orejas también difieren mucho entre razas. Podemos encontrar orejas picudas, redondeadas, erectas, caídas, etc. Los ojos pueden tener distintas formas, más redondeados, ovales, triangulares. Además, en la cara pueden estar colocados más centrados o menos, estar en una posición más profunda o, por el contrario, saltones.




Los perros, además, tienen cola. Esta extremidad es cortada en muchas ocasiones por los propios criadores de perros por estética, impidiendo que el animal pueda comunicarse correctamente con otros perros. La cola de los perros tiene formas y longitudes diversas. A veces, están implantadas en zonas más altas de la espalda y otras veces más bajas. Pueden estar retorcidas, giradas como un rizo, ser rectas o ligeramente curvada.

El cuerpo del perro está formado por tronco y abdomen. Estos pueden variar por la forma de la columna vertebral, que veremos con más detalle en el siguiente apartado. La cruz del perro es donde habitualmente medimos su altura, siendo el punto de inserción del cuello con el tórax, donde se encuentran las escápulas. Tanto la cruz como la grupa (parte final de la espalda) pueden tener distinta altura, dando lugar a que los perros tengas distintas formas de espalda según la raza.

La anatomía del perro es realmente variada; esto se debe a la selección antrópica de los cruces, llegando a crear razas muy diversas, provocando cambios en la anatomía natural y, en muchas ocasiones, dando lugar a problemas incompatibles con la vida, como por ejemplo, el colapso traqueal total de razas "mini".


Esqueleto del perro

El esqueleto, como en el resto de animales vertebrados, tiene una función de soporte del cuerpo y de protección de los órganos internos. Podemos dividir el esqueleto canino en tres partes:

Esqueleto axil: cráneo, columna vertebral, costillas y esternón.
Esqueleto apendicular: huesos de las extremidades.
Esqueleto esplácnico o visceral: son huesos desarrollados dentro de vísceras, como el hueso del pene.
El cráneo de los perros presenta muchas crestas, protuberancias y apófisis entre las distintas uniones de los huesos del cráneo. Esto facilita la inserción de los músculos de la cabeza del perro.

La columna vertebral se divide en vértebras cervicales, vértebras torácicas, vértebras lumbares, vértebras sacras y vértebras coccígeas. Las vértebras cervicales son siete, el hecho de que existan perros con un cuello más o menos largo no implica que tenga más o menos vértebras cervicales, solo que estas serán más alargadas o cortas, puesto que todos los perros tienen siete vértebras en el cuello. Los perros tienen trece vértebras torácicas que se caracterizan por tener una apófisis o espina en la zona dorsal muy prominentes. La primera vértebra dorsal determina la región de la cruz, donde se mide la altura del perro. Las siete vértebras lumbares forman la base del lomo. Las vértebras sacras son tres y están fusionadas sobre las caderas. Son la base de la grupa y donde se insertarán las vértebras de la cola o vértebras coccígeas. El número de vértebras en esta región varía mucho de una raza a otra pero, generalmente, son entre veinte y veintitrés.

Siguiendo con la anatomía canina, pasamos ahora a las extremidades. Las patas delanteras de los perros o miembros anteriores están formados por los siguientes huesos, desde más cerca del cuerpo a más alejado: escápula, húmero, radio, cúbito, carpo, metacarpo y falanges. Las patas traseras o miembros posteriores presentan estos huesos: coxal, fémur, tibia, peroné, tarso, metatarso y falanges.

Los perros tienen trece pares de costillas articuladas todas con las vértebras dorsales. Solo 9 de ellas se articulan con el esternón, las cuatro restantes están unidas entre sí mediante un tejido elástico. Las costillas pueden presentar distintas morfologías según la raza de perro, por lo que nos encontramos con 4 tipos distintos:

1. Costillas de buen arqueo: son costillas con una forma suave, bien separadas de la columna y uniéndose al esternón sin crear vértices afilados.
2. Costillas en forma de barril: el costillar tiene una forma muy arqueada y separada del cuerpo.
3. Costillas planas: están bien arqueadas pero bajan abruptamente y de forma paralela.
4. Costillas en quilla: tienen una buena curvatura hasta que, llegado cierto punto, se unen al esternón de forma abrupta, lo que da un aspecto de quilla como en las aves.
El hueso peneano o báculo es muy habitual entre los mamíferos. Mantiene la erección durante la cópula en lugar de hacerlo a través de la sangre y tejido cavernoso como en los seres humanos.

¿Cuántos huesos tiene un perro?

De nuevo, para encontrar la respuesta debemos observar las distintas razas. En general, los perros tienen 321 huesos, dependiendo de si tienen o no dedos vestigiales, como los mastines, o si presentan una cola más o menos larga. Por ejemplo, los perros de la raza corgi pembroke nacen sin cola, por lo que tienen menos huesos, o perros de las razas pastor croata o bretón español pueden también nacer sin cola. En todos los casos se debe a una mutación genética siempre negativa, pues el rabo es indispensable para la comunicación entre cánidos. En la naturaleza, alejados de la protección humana, un perro sin cola tendría serios problemas para comunicarse correctamente.

Músculos del perro

Dentro de la anatomía del perro encontramos el sistema muscular, el cual está formado por los músculos, tendones y ligamentos. Un perro puede tener entre 200 y más de 400 músculos, aquí volvemos otra vez a la diferencia entre razas. Como dato curioso, algunas razas tienen más de 50 músculos solo en la orejas. La mayor parte de los músculos de los perros se concentran en la parte delantera, tal y como podemos ver en la imagen, que es donde reside la fuerza del perro. Muchos de los músculos, sobre todo los del cuello y tórax se dirigen hacia el esternón, y esto da potencia para correr y cazar. Un músculo muy importante es el masetero, localizado en la cabeza, en la zona de la mejilla. Este músculo está muy desarrollado en razas como el american staffordshire terrier, perros de mordida muy potente. La forma y tamaño de los músculos de un perro vendrá definido por su raza, estando algunos músculos más desarrollados en ciertas razas.


Órganos del perro

La anatomía interna, como mamífero, es muy similar a la anatomía de otros mamíferos carnívoros, como el gato. Los perros tienen un encéfalo desarrollado, compuesto por un cerebro que realiza funciones tales como el aprendizaje, el cerebelo para la coordinación y un bulbo raquídeo que se encarga de funciones autónomas como la respiración o el latido cardíaco. Todo ello seguido de la médula espinal, protegida por la columna vertebral.

El aparato circulatorio está formado por el corazón, situado en la cavidad torácica ligeramente hacia la izquierda, como en el ser humano, venas, arterias y capilares que reparten la sangre por todo el cuerpo. Los perros respiran a través de los pulmones. Su sistema respiratorio está formado por la laringe, lugar donde encontramos las cuerdas vocales, la tráquea, los bronquios y los pulmones.

Los perros son animales carnívoros facultativos y, por tanto, su aparato digestivo está ideado para el consumo de carne. Está formado por el tubo digestivo que se divide en esófago, estómago, intestino delgado e intestino grueso, y las glándulas anejas, como el hígado, el páncreas y la vesícula biliar. Para la excreción y limpieza de la sangre, los perros tienen dos riñones, uno situado más arriba que el otro, y una vejiga que acumula la orina para después expulsarla.

El aparato reproductor consta de testículos, próstata, vesículas seminales y pene. El aparato reproductor de las perras está conformado, desde fuera hacia dentro, por la vulva, el clítoris, el vestíbulo, la vagina, el cérvix o cuello del útero, el útero que está dividido en dos cuernos uterinos y los ovarios.

Por último, los perros también tienen un conjunto de glándulas que producen, exclusivamente, hormonas para la regulación del organismo. Estas glándulas son: pituitaria, hipófisis, tiroides, paratiroides, timo, y glándulas suprarrenales. Aunque otros órganos contribuyen a la regulación hormonal, como los ovarios, testículos, hígado, riñones o páncreas.


Fuente: Experto Animal  /  Ana Díaz Maqueda, Bióloga.

Ver también en Ruka Trewa:  Anatomía del perro