04 abril 2019

"Callejero", de Alberto Cortez, en homenaje a un perro


Este 4 de abril, falleció Alberto Cortez por causa de una hemorragia gástrica en el Hospital Universitario HM Puerta del Sur, en Móstoles, en la Comunidad de Madrid. Pero la música nacida de su puño y letra, quedará por siempre.

Alberto Cortez fue uno de los compositores románticos que tuvo la Argentina y que triunfó internacionalmente. Había nacido como José Alberto García Gallo en Rancul, provincia de La Pampa, el 11 de marzo de 1940. Y terminó convirtiéndose en un verdadero poeta con sus letras increíbles.



Uno de sus grandes éxitos fue el compuesto a un perro callejero. Simplemente, se llamó así: "Callejero". Una letra emocionante que llegó a los corazones de muchos. Pero, ¿quién era Fernando, el perro callejero? Se trata de un can que llegó una Nochebuena a un bar de Resistencia, capital de la provincia argentina del Chaco, buscando refugiarse de una fuerte tormenta.

Se quedó en los pies de Fernando Ortiz, un cantante de boleros que llegó de paso al lugar y se terminó quedando para siempre. Terminó siendo el “dueño oficial” del perro, que hasta heredó su nombre. Pero el perro enseguida se supo ganar el corazón de los lugareños y se convirtió en el compañero de todos en bares y restaurantes que frecuentaba. Testigos cuentan que se lo veía dormir en la recepción del Hotel Colón, desayunar café con leche y medialunas en el despacho del gerente del Banco Nación, visitar la peluquería ubicada junto al Bar Japonés, almorzar en el restaurante El Madrileño o en el Sorocabana, tomar una siesta en la casa del doctor Reggiardo, perseguir gatos en la plaza principal o cenar en el Bar La Estrella. Tal como lo cuenta la periodista Alba Muñiz a la hora de describir las hazañas del perro más querido del lugar. 

Hasta que la tragedia llegó a su vida. El 28 de mayo de 1963, frente a la plaza ubicada junto a la casa de gobierno provincial, donde iba a menudo a perseguir gatitos, un coche atropelló a Fernando. Lo lloró Resistencia entera. Y hasta su entierro está considerado el más concurrido en la ciudad. Lo despidieron hasta las autoridades municipales y se pronunciaron sentidos discursos en su honor. 



Sus restos descansan bajo la vereda de El Fogón de los Arrieros, un emblemático centro cultural de la capital chaqueña. Pero se quedó en el corazón de todos los que lo conocieron y compartieron momentos con él. Y hasta tiene una escultura en la vereda de la Casa de Gobierno de dicha provincia.

Fue así, que Alberto Cortez lo convirtió en eterno en su canción "Callejero" bajo esas sentidas palabras: "Aunque fue de todos, nunca tuvo dueño que condicionara su razón de ser, libre como el viento era nuestro perro, nuestro y de la calle que lo vio nacer".

Video:

Fuente: diario 26 / Claudia Seta


"Callejero"

Era callejero por derecho propio,
su filosofía de la libertad
fue ganar la suya sin atar a otros
y sobre los otros no pasar jamás.

Aunque fue de todos, nunca tuvo dueño
que condicionara su razón de ser,
libre como el viento era nuestro perro,
nuestro y de la calle que lo vio nacer.

Era un callejero con el sol a cuestas,
fiel a su destino y a su parecer,
sin tener horario para hacer la siesta
ni rendirle cuentas al amanecer.

Era nuestro perro, y era la ternura
que nos hace falta cada día más,
era una metáfora de la aventura
que en el diccionario no se puede hallar.

Era nuestro perro porque lo que amamos
lo consideramos nuestra propiedad,
era de los niños y del viejo Pablo,
a quien rescataba de su soledad.

Era un callejero y era el personaje
de la puerta abierta en cualquier hogar,
era en nuestro barrio como del paisaje,
el sereno, el cura y todos los demás.

Era el callejero de las cosas bellas
y se fue con ellas cuando se marchó,
se bebió de golpe todas las estrellas,
se quedó dormido y ya no despertó.

Nos dejó el espacio como testamento,
lleno de nostalgia, lleno de emoción,
vaga su recuerdo por los sentimientos
para derramarlos en esta canción.


Compositor: José Alberto Garcia Gallo / Alberto Cortez