16 agosto 2017

Confianza y reglas claras: la convivencia del bebé y el perro


La llegada de un bebé a casa es una situación nueva para toda la familia, y también para el perro. De repente, hay alguien nuevo que grita, y el día a día, muchas veces, da un vuelco.

Hay gente que considera arriesgado acostumbrar al perro a convivir con bebé. Amigos y familiares alertan muchas veces de supuestos riesgos que generan inseguridad en los padres. “Quien espere un bebé, los sabe como poco con siete u ocho meses de antelación, un tiempo que puede utilizarse”, aconseja la entrenadora de perros Manuela van Schewick. 



Los futuros padres deben preguntarse con tiempo cómo será el día a día con un bebé y lo que esto significará para el perro. Porque para el animal habrá nuevas fronteras, tanto espaciales como sociales. Muchos perros desarrollan un instinto protector especial cuando nace un nuevo miembro de la familia. Algunos, incluso, cuando la mujer está aún embarazada, cuenta Van Schewick. Desde el principio hay entonces que fijar que es el dueño del perro y no el animal el que determina quién se acerca a la embarazada, primero, y al bebé, después. 

Cuando nace el bebé, el dueño del perro debe establecer límites. “El perro debe aceptar que hay otro ser vivo que exige atención a la madre y él no puede estar continuamente exigiéndola”, indica la experta. El perro, por ejemplo, debe quedarse tumbado cuando la madre está ocupándose del niño cuando llora. Que el perro no sea siempre el centro de atención es algo que hay que empezar a ensayar durante los meses anteriores al parto, aconseja Angelika Lanzerath, entrenadora de perros y autora de libros. Porque si el perro deja de tener atención de golpe con la llegada del bebé, responsabilizará a ese hecho. 



Las nuevas reglas en el hogar deben estar vigentes antes del nacimiento del niño, dice también Hebamme Juliane Martinet. Algunos lugares de casa deben quedar prohibidos para él: el sofá, la manta del niño y la cama, entre ellos. También hay cosas que tendrá que aprender cuando el bebé ya esté en casa. Da igual que el animal esté muy bien educado: los padres no deben dejarlo nunca solo con el niño, advierte Martinet. “Un animal es siempre impredecible”, añade. Los movimientos incontrolados que hacen los bebés pueden asustar al perro y este puede tener la sensación de que debe defenderse. No obstante, por mucho que uno se empeñe, hay momentos en los que el bebé y el perro se quedan solos: la leche hirviendo que se sale del cazo, el teléfono que suena... 

Por eso es importante conocer muy bien al perro. “Lo mejor es que cuando un perro está acostumbrado a los niños desde que es cachorro”, explica. En esta fase del desarrollo, los perros aprenden a aceptarlos como compañeros sociales. Que al perro le gusten los niños, depende mucho más de esta socialización que de la raza, indica Van Schewick. Cada perro es un individuo y tiene un temperamento propio. Un perro que vive en la familia con un bebé necesita sobre todo una cosa: paciencia. Porque el niño hace ruido y antes o después vendrán más niños de visita y habrá jaleo. Por eso, el perro siempre debe contar con una posibilidad de retirada. 

Sobre todo cuando los niños comienzan a gatear y a explorar su entorno, dice Van Schewick. “Un niño querrá averiguar qué ocurre cuando se tira del pelo al perro, se le toca un ojo o se le mete la mano en la boca”, explica. El perro le dirá al niño a su manera lo que no le gusta. Y si le tira por quinta vez de la cola, podría haber un mordisco de advertencia. Así es como los perros actúan con sus cachorros. Pero mientras a estos no les hace daño, al niño sí puede hacérselo. Por eso al niño también hay que ponerle límites en la actuación con el perro.

Quien crea que el perro no puede hacer frente a la nueva carga que significa tener a un niño en casa debe preguntar a un entrenador de perros, aconseja Lanzerath. “Un entrenador puede aconsejar, pero la responsabilidad es siempre del dueño del animal”, recuerda. 

En ningún momento debe el perro sentirse aislado de la familia

Si al niño se le está cambiando el pañal, por ejemplo, no pasa nada porque el perro esté mirando. “Si los padres intentan mantener lejos al animal porque tienen miedo, corren el riesgo de traspasar el miedo al niño”, opina.



Límites claros, una preparación correcta y la confianza en el propio perro son las combinación perfecta para que el bebé y el animal convivan en armonía.

Fuente: abc.com.py

El flequillo del perro

Llegado el buen tiempo, recurrimos a la peluquería para arreglar a nuestra mascota. En estos casos unos dueños prefieren cortar más y otros menos, pero en cualquiera de los dos casos hay que tener mucho cuidado con el flequillo.



Una de las razones principales es que cuando el perro lleva mucho tiempo con flequillo no debemos ser radicales a la hora de cortárselo, ya que un cambio tan brusco puede ser perjudicial para sus ojos.

El flequillo impide que el sol le dé de lleno en los ojos, además protege contra el polvo o cualquier cosa que pueda entrar en ellos. 

Por tanto, el corte del flequillo puede producir daños en los ojos o molestias, en cuyo caso el perro se rasca con la pata y los daños pueden ser incluso mayores, razón por la que es mejor no cortarlo del todo sino rebajarlo.

Asimismo, antes de tomar una decisión que pueda perjudicar al perro es indispensable consultar con el peluquero. Aun así, si queremos cambiar rotundamente la imagen del perro es mejor hacerlo en otoño-invierno, cuando la luz no es tan fuerte, esto hace que el problema se minimice al máximo.


Fuente: elmundodelperro.net


15 agosto 2017

El piloto que voló 1.200 kilómetros para salvar a un perro a punto de ser sacrificado


Paul Steklenski no dudó en subirse a su avión para evitar que el animal recibiese la eutanasia





Muchísimos animales en todo el mundo esperan ayuda en refugios. Son tantos que en estos hogares no hay espacio para todos los que llegan; y en ciertas ocasiones, el sacrificio se convierte en la última y triste salida para ellos. Sólo la buena voluntad de las personas puede evitarlo. Los que lo tienen más difícil son los ancianos y los enfermos, infinitamente menos demandados que los cachorros y canes jóvenes. 

A pesar de todo, de vez en cuando aparece un héroe dispuesto a rescatar del corredor de la muerte a uno de estos perros. Tal como cuenta el blog Good News Network, la perrita Adrienne fue recogida de las calles por un refugio en Oxford, Carolina del Norte, EE.UU. Con apenas dos años de edad, los serios problemas que presentaba su vejiga exigían una operación para salvarle la vida. El primer inconveniente era el alto precio de esta intervención, unos 1.500 dólares que el refugio no podía pagar. El segundo, no menos importante, era que para recibir el tratamiento necesitaba desplazarse a Stamford, Connecticut. Un viaje de 700 kilómetros.

Pero justo a tiempo, apenas días antes de que tuviese lugar el fatídico suceso, el caso llegó a oídos de Paul Steklenski. Este piloto de 45 años forma parte de Flying Fur Animal Rescue, una organización dedicada a proteger animales necesitados. Steklenski no sólo consiguió que el colectivo pagase la operación de Adrienne, sino que se ofreció para realizar en su avión los desplazamientos necesarios para llevarla a cabo. En un épico viaje relámpago, el piloto recorrió más de 1.200 kilómetros para salvar a la perrita. Partió de su casa en Pensilvania, recogió a Adrienne en Oxford y la llevó hasta Stamford. 

Allí, la intervención resultó un éxito. «No lo pensé, simplemente tenía que hacerlo. El viaje marcó la diferencia entre la vida y la muerte. Con atención adecuada podrá vivir una vida normal. Fue muy emocionante por lo que había en juego, pero al final del día estaba completamente agotado», ha explicado Steklenski, que adquirió su avión hace 13 años para dedicarse al rescate de animales.
Fuente: ABC.es



Nota relacionadahttp://www.faunatura.com/compra-avion-poder-salvar-mas-animales.html

08 agosto 2017

Descubren una nueva especie de perro que vivió hace 700.000 años en el norte de África

La nueva especie 'Canis othmanii' ha sido descubierta gracias a un fragmento craneal hallado en 2009 en el yacimiento paleontológico y arqueológico de Wadi Sarrat, en Túnez
 

Un equipo tunecino, español e italiano, coordinado por Bienvenido Martínez-Navarro, ha descubierto una nueva especie de perro que vivió hace 700.000 años y cuyo fósil, un fragmento craneal que conserva ambos lados de la cara y gran parte de la dentición superior, fue hallado en 2009 en el yacimiento paleontológico y arqueológico de Wadi Sarrat, en Túnez, según ha informado hoy el Institut Català de Paleoecologia Humana i Evolució Social (IPHES), que ha participado en el estudio, publicado en Comptes Rendus Palevol.



La nueva especie (Canis othmanii) forma parte del género Canis, que incluye a los lobos, a los perros y a los coyotes. El perro doméstico (Canis lupus familiaris) se considera una subespecie del lobo (Canis lupus) y se caracteriza por sus innumerables razas.

Un estudio reciente asegura que el proceso de domesticación del lobo salvaje al perro manso ocurrió en Europa hace entre 20.000 y 40.000 años.Los restos fósiles, hallados en la finca del profesor Abdelhak Othmanii, muestran una morfología y unas proporciones características, diferentes a las de todos los perros fósiles y actuales presentes en África, según Martínez-Navarro. Sus proporciones se parecen mucho más a las de los cánidos del Pleistoceno inferior y medio de Eurasia, por ejemplo el Canis mosbachensis, aunque sus características morfológicas principales no se pueden atribuir a ninguna especie conocida en Eurasia. Los investigadores creen que, hace unos 800.000 años, cuando los homínidos procedentes de África se dispersaron hacia Eurasia, alguna especie de origen euroasiático siguió el mismo camino pero en sentido contrario, penetrando en África. La nueva especie Canis othmanii es la prueba de ello.

Fuente: National Geographic

¿Por qué el Día del Gato se celebra en días diferentes?

Como muchísimos usuarios en las redes sociales recordaron, este martes 8 de agosto se festeja el Día Internacional del Gato en casi todo el mundo.


El homenaje comenzó a realizarse en el año 2002 propuesto por el Fondo Internacional para el Bienestar de los Animales y otras agrupaciones que defienden el bienestar de los animales. Pero no es la única fecha en la que se celebra el Día Internacional del Gato. Hay otra muy famosa que es el 20 de febrero y el motivo es mucho más curioso. Se eligió esa fecha porque ese día fue cuando falleció Socks, el famoso gato de Chelsea, la hija de Bill Clinton. Socks se trató de uno de los felinos más emblemáticos e icónicos del mundo.

El 29 de octubre también se celebra el Día Nacional del Gato en Estados Unidos para generar conciencia en relación a todos los gatos callejeros que hay en el país y en prácticamente toda Europa se los recuerda el 17 de febrero. Finalmente, en Rusia es el 1 de marzo.

Fuente: minutouno.com