17 noviembre 2016

Argentina: Se aprobó la ley que prohíbe las carreras de galgos


Después de una extensa jornada en la Cámara de Diputados de la Nación, los parlamentarios definieron un paquete de leyes a favor de la protección animal, protección a la víctima de delitos y la modificación en la ley sobre portación, tenencia, acopio, entrega facilitamiento y tráfico ilegal de armas.
 
Con 132 votos positivos, 17 negativos y 32 abstenciones, resultó ser un hecho la prohibición de las carreras de perros de cualquier raza en el territorio de la República Argentina.

Luego de un día de enfrentamientos entre grupos en contra y a favor de la carrera de galgos en la puerta del Congreso Nacional, el triunfo lo tuvieron las organizaciones proteccionistas de animales.
 

El proyecto de ley castiga con penas de hasta 4 años de cárcel y multas de 80.000 pesos a quien realice, promueva u organice esa actividad.

“Las carreras son un negocio en el que los galgos son un producto que se usa para obtener beneficios millonarios, tanto en premios, como en apuestas y ventas de tratamientos”, dice Inés, que prefirió no dar su apellido por temor a represalias. Según las ONG, los premios que se disputan en un canódromo llegan a 150.000 pesos o departamentos en la Costa, y las apuestas son de 2.000 pesos o más.
“Los galgos son encerrados en caniles en la oscuridad total como una forma de quebrarles el carácter. Los galgueros los atan con sogas y los hacen correr en la ruta y los perros se caen o se queman. A los 6 meses empiezan a darles drogas para que sean mejores corredores y esas drogas contienen estricnina, arsénico, efedrina, Viagra o esteroides. Diez minutos antes de salir a correr se les da una inyección final, en el cuello o en el pecho, que puede contener metanfetaminas y hasta cocaína líquida con vitaminas”, sigue Inés. 

La veterinaria Andrea Diratchette agregó: “Después de un domingo de carrera nos llegan perros con fracturas, problemas sistémicos, paros cardíacos, muertes súbitas. Los que se lastiman son sometidos a montas forzadas: los levantan y, aunque estén fracturados, los hacen montar igual”.
 


Una vez conocido el resultado de la votación, el fervor estalló en las puertas del Congreso. Lágrimas y abrazos de victorias se veían en las pantallas de televisión de aquellos grupos proteccionistas que tantos años lucharon por los derechos de los animales.


Fuentes: La Nación y Clarín