12 enero 2016

Cómo evitar que nuestro perro nos pida comida de la mesa


Una de las costumbres más habituales y molestas de los perros es pedir que les demos comida desde la mesa, mediante gemidos, llantos y pequeños toques con el hocico o las patas. En ocasiones llegan a saltar para robar la comida de nuestro propio plato. 



Afortunadamente, podemos resolver este problema con paciencia y algunas técnicas de adiestramiento, que resumimos a continuación.

1. Educar desde cachorro. 
Como sabemos, los perros tienen mayor facilidad para adquirir determinadas conductas cuando aún son cachorros. Por ello lo ideal es aplicar estas técnicas durante sus primeros meses de vida, aunque realmente pueden aprenderlas a cualquier edad.

2. Ignorar sus peticiones. 
El perro tratará de captar nuestra atención de todas las formas posibles, mostrando incluso una mala conducta. Para acabar con ella, nada mejor que ignorarla; no debemos hablar, acariciar o gritar al perro. Poco a poco, notará que no obtiene los resultados esperados con su comportamiento negativo y lo dejará de lado.

3. No darle de comer desde la mesa. 
Es probablemente la norma más importante de la lista. Por mucho que insista, queda totalmente prohibido darle trozos de nuestra comida, ya que de esta forma estamos reforzando su conducta.  
Es fundamental que todos los miembros de la familia actúen de la misma manera, ya que de lo contrario, no lograremos acabar con el problema.

4. Apartarlo de nosotros. 
Si notamos que el perro cada vez se aproxima más a nosotros, probablemente su intención será la de alcanzar nuestro plato. En ese caso, nuestro deber es alejarlo de la mesa y no permitir que se acerque hasta que esté tranquilo.

5. Imponer una rutina alimenticia. 
Es esencial que el animal se encuentre bien alimentado, que no carezca de nutrientes y que reciba la dosis adecuada de comida. Para reducir la ansiedad, se recomienda repartir esta cantidad en varias tomas diarias, estableciendo un horario fijo para las mismas.

6. Paciencia
Necesitaremos tiempo para eliminar este problema, por lo que tenemos que armarnos de paciencia y mantenernos firmes ante las demandas de nuestro perro. Sólo así se dará cuenta de que no puede conseguir lo que desea mediante sus gemidos y abandonará esta molesta costumbre.

Fuente: mundoperros.es