Condado de Withley, Kentucky, EE.UU.
James Wathern, un anciano que padece una enfermedad terminal, hospitalizado durante varias semanas, sólo tiene un deseo: ver a su perrita una vez más.
James fue hospitalizado hace más de un mes en el Baptist Health Corbin. Además de su enfermedad no comía y estaba muy triste porque lo separaron de Bubba, su perrita Chihuahua, a quien además le falta un ojito. Bubba fue recogida por Control Animal y llevada al Refugio de Knox-Whitley, después de que James fuera hospitalizado.
El personal del hospital hizo todo lo posible para que el deseo del hombre se haga realidad y el sábado pasado, juntamente con personal del Refugio, llevaron a Bubba al hospital y la reunieron con su dueño.
James se echó a llorar cuando vio a su perrita otra vez y ésta se acurrucó a su lado.
El estado de ánimo del anciano comenzó a mejorar de manera significativa. Ahora el plan es hacer las visitas como algo habitual.
A pesar de que las normas impiden el acceso de animales a los hospitales y centros sanitarios, salvo que sean perros de servicio, el Baptist Health Corbin desde ahora comenzará a implementar una política de visitas de mascotas contemplando situaciones como ésta.
Fuente: wkyt.com