El equipo de Kei Fujimura (bióloga y experta el biología molecular) de la Universidad de California (San Francisco, EE.UU.), encontró que los niños que viven en hogares con perros son menos propensos a desarrollar asma y alergias.
Un nuevo estudio sugiere que la exposición al polvo en hogares con perros puede alterar la respuesta inmunitaria ante alérgenos y otros desencadenantes del asma, al afectar a la composición de la flora microbiana (la comunidad habitual de microbios generalmente inofensivos que vive en el tracto digestivo). Siguiendo esta línea de investigación, se determinó luego que el polvo recolectado de los hogares con perros contiene una mayor variedad de tipos de bacterias que el polvo tomado de casas sin perros.
Los científicos han demostrado que el polvo de un hogar con perro puede desempeñar un papel crucial en la prevención de la inflamación alérgica. Después de alimentar a ratones jóvenes con una dieta que contenía polvo proveniente de un hogar con perro, estos animales resultaron protegidos contra la inflamación de las vías respiratorias provocada por un alérgeno común.
Los investigadores obtuvieron resultados similares cuando a los ratones alimentados con la dieta que contenía polvo de una casa con perro los expusieron a un alérgeno diferente.
Los hallazgos sugieren por tanto que la presencia de un perro en una vivienda puede proteger a sus inquilinos humanos contra el asma y las alergias.
En la investigación han trabajado también otros especialistas de la citada universidad, así como de otras instituciones estadounidenses, y se ha contado con el apoyo del Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas (NIAID), uno de los Institutos Nacionales de Salud de EE.UU.
Fuente: NCYT (Noticias de la ciencia)
Estudio de Kei Fujimura [ X ] (en inglés)