09 enero 2014

Sobre razas "peligrosas"



La legislación específica contra ciertas razas caninas no es la solución para evitar las agresiones a personas

Un nuevo estudio de la Tufts University insiste en la necesidad de un enfoque multifactorial

En muchos países se han ido poniendo en marcha durante los últimos años legislaciones que limitan o prohíben la tenencia de algunas razas caninas con el objetivo de evitar que se produzcan agresiones de perros a personas, pero un nuevo estudio muestra que no sirven de mucho.

Un artículo* publicado en el Journal of the American Veterinary Medical Association, cuyos resultados preliminares ya se presentaron en la Convención Anual de la AVMA el pasado mes de julio de 2013, en Chicago, revisa una recopilación de 256 agresiones de perros a personas con resultado de muerte que se produjeron entre 2000 y 2009 en Estados Unidos. El objetivo ha sido determinar cuáles fueron los factores que más pudieron influir en que se produjesen estos ataques.

Los casos incluidos en el estudio retrospectivo se recopilaron de informaciones aparecidas en medios de comunicación y se tomaron como reportes los informes policiales, los de control animal y entrevistas con los investigadores de estos casos para obtener un análisis descriptivo de cada uno.



La mayor parte de estas agresiones con resultado de muerte se produjeron porque no había nadie en las inmediaciones que fuese capaz de controlar al perro (87,1 %). En el 85,2 % de los casos el perro no había tenido contacto previo con su víctima y en el 84,4 % los canes no estaban castrados. 

En 198 agresiones (77,4 %) el problema fue que la víctima malinterpretó o ignoró las señales de advertencia de los animales o simplemente se condujo de forma peligrosa ante ellos

En 195 casos los perros no tenían contacto habitual con seres humanos, en 96 los propietarios no los habían adiestrado y en 54 los dueños tenían un historial de abuso o abandono sobre sus mascotas. En 206 casos, el 80,5 %, concurrían al menos cuatro de estos factores.
Por otra parte, en un total de 401 agresiones con resultado de muerte aparecidas en las noticias, las informaciones del mismo caso en diferentes medios no se ponían de acuerdo en la raza de los perros en un 30,9 % de los casos. Esta situación se repetía en una proporción aún mayor (40,2 % de los casos) en los reportes sobre 346 agresiones recogidas por control animal. Sólo en 45 casos se pudo identificar la raza de forma inequívoca y fueron 20 las razas que se pudieron identificar, incluidos dos animales mestizos.

En conclusión, para los autores queda muy claro que según los datos recopilados en el estudio la raza no es el factor determinante para que un perro agreda a una persona, sino que hay multitud de factores que influyen en que se produzcan estos ataques. Los autores sugieren que sería mucho mejor una aproximación multifactorial que la reducción simplista de imponer legislaciones que limiten o prohíban la tenencia de ciertas razas caninas.


*Gary J. Patronek, VMD, PhD; Jeffrey J. Sacks, MD, MPH; Karen M. Delise; Donald V. Cleary, BA; Amy R. Marder, VMD. Co-occurrence of potentially preventable factors in 256 dog bite–related fatalities in the United States (2000–2009). JAVMA, December 15, 2013, Vol. 243, No. 12, Pages 1726-1736. doi: 10.2460/javma.243.12.1726


Fuente: ARGOS Portal Veterinaria / Joaquín Ventura García