El tétanos en perros y gatos (o tétano) es una enfermedad frecuentemente mortal provocada por una potente neurotoxina,
la exotoxina tetanospasmina, que es producida por una bacteria del
género Clostridium. La bacteria prolifera en condiciones anaeróbicas, es decir, en ausencia de oxígeno y segrega sustancias tóxicas (toxinas) que penetran en las fibras nerviosas motoras periféricas hasta llegar al sistema nervioso central
con afectación inhibitoria de neuronas productoras del neurotransmisor
GABA y el aminoácido glicina, provocando la típica parálisis y espasmos
musculares. La bacteria produce esporas resistentes y
provienen de casi cualquier parte, incluso del polvo de la calle o el
suelo del jardín. La infección ocurre por la penetración de las esporas
en las heridas contaminadas.
¿Cuándo y cómo se produce la enfermedad?
La
enfermedad es producida por el Clostridium Tetani, microorganismo que
se encuentra en el medio ambiente bajo su forma de "resistencia" llamada
"esporos".
Estos esporos penetran al organismo a través de heridas punzantes y una
vez instalados desarrollan su forma "agresiva", en realidad lo que
ocurre es que éstos esporos germinan.
A partir de ese
acontecimiento el Clostridium Tetani comienza a producir dos tipos de
toxinas que son las que ejercen su efecto nocivo sobre el organismo. Las
toxinas se denominan: Tetanolisina y Tetanopasmina. La primera produce
ruptura de los glóbulos rojos (efecto hemolítico) y la segunda es la
responsable de la sintomatología nerviosa de esta enfermedad.
¿Por qué las heridas deben ser "punzantes"?
Para
que los esporos desarrollen su forma agresiva en el organismo, deben
estar en un medio sin oxígeno. Las heridas profundas y con poca abertura
al exterior son las que posibilitan esta falta de oxígeno.
Una
herida desgarrada o con amplia superficie de contacto con el exterior
será indudablemente una herida "aireada", entonces el microorganismo
quedará protegido en su forma de resistencia o esporo.
¿Cuáles son los síntomas de esta enfermedad?
Los signos clínicos se producen aproximadamente a los 5-10 días del traumatismo.
El
tétanos localizado es el más común en los caninos. La rigidez de un
miembro es la primera manifestación, luego puede extenderse al miembro
opuesto y progresar en un período variable de tiempo hasta alcanzar el
Sistema Nervioso Central.
El paciente tiene dificultades para
mantenerse en pie o para echarse debido a la "extrema rigidez muscular".
Los reflejos miotácticos (respuestas del músculo al tacto) se
encuentran acentuados, es decir, ante leves estímulos táctiles se
desencadenan numerosas contracciones de la musculatura.
Se observa protrusión del tercer párpado y exoftalmos (globos oculares exteriorizados).
Las
orejas estarán erectas, los labios con "risa sardónica" , se observa
rechinar de dientes por la contractura de los músculos masticatorios,
hay exceso de salivación.
Los pacientes están aprehensivos y
reaccionan violentamente a estímulos táctiles o auditivos, pudiendo
llegar a estadios convulsivos.
Se puede reconocer fácilmente a un perro con tétanos por la postura de "caballito de madera" que adoptan.
Los pacientes no pueden comer debido a la dificultad de aprehender los alimentos sólidos.
Hay retención urinaria y constipación.
¿Es una enfermedad tan mortal como en los seres humanos?
La
muerte se produce con la misma frecuencia que en los seres humanos y se
debe a la rigidez de los músculos respiratorios y posterior paro
respiratorio por intoxicación o anoxia (falta de oxígeno en los
tejidos).
¿Cómo se realiza su diagnóstico?
La historia de una herida reciente y la sintomatología antes descripta permiten sospechar Tétanos.
La electromiografía es reveladora por la excesiva respuesta muscular a leves estímulos táctiles.
Se puede realizar la medición de anticuerpos antitoxina tetánica en sangre especialmente para confirmar casos dudosos.
¿Es factible un tratamiento?
El tratamiento es costoso, muchas veces infructuoso y requiere la hospitalización.
Se utiliza:
Antitoxina
tetánica intravenosa, con la salvedad que primero debe efectuarse una
prueba intradérmica para evitar posibles reacciones alérgicas.
Antibióticos por vía oral o sistémica, como ser: Penicilina G, Metronidazol, Tetraciclina o Clindamicina.
Sedantes como la Clorpromazina.
La cirugía puede ser necesaria para eliminar tejidos necróticos o para tratar los abscesos.
Tratamiento
de soporte: El paciente debe estar en lugar tranquilo, oscuro, en cama
blanda y debido a su imposibilidad de comer deben ser sondeados.
¿Cuáles son las complicaciones de esta enfermedad?
Las
más frecuentes son: fracturas de huesos largos, de las vértebras o
cráneo; cistitis e infección por el uso de catéteres no estériles.
¿Cuándo se observan los resultados del tratamiento?
Las mejorías se observan a la semana de comenzado el tratamiento y la recuperación completa se produce a las 3 o 4 semanas.
Fuente: Foyel