22 marzo 2013

Madrid, una ciudad de perros


Puede que Colega sea el perro más famoso de todo Madrid. En internet es protagonista de casi 1.000 fotos, y su cara aparece —pajarita roja incluída— en cientos de pegatinas fijadas a las puertas de otros tantos establecimientos de la ciudad. Este Schnauzer mestizo de cinco años de edad se ha convertido en el símbolo de un nuevo modelo de vida urbana: el dueño de perro que además de pasearlo quiere poder pararse a tomar un café, comer algo o comprar junto a su mascota. Colega es la imagen de SrPerro.com, una web que ofrece direcciones prácticas (veterinarios, paseadores, canguros) pero sobre todo destaca bares, restaurantes o tiendas perrunas, lo que en su terminología indica que son dog-friendly, una tendencia presente en muchas capitales europeas desde hace tiempo, pero relativamente nueva en Madrid, donde hay registrados unos 332.000 perros.




La periodista Micaela de la Maza es la dueña de Colega y la impulsora de SrPerro: “Siempre que quería buscar información de hoteles o bares a los que pudiera ir con el perro lo que encontraba en internet era deprimente y muchas veces incorrecto. Llamabas a un hotel que se supone que los admitía y te decían que solo si pesaban menos de cinco kilos. Salvo que tengas un Toy [razas en miniatura], eso es un gato”, cuenta Micaela sentada a una mesa del café Motha, en Huertas, con Colega tumbado a su lado.

Micaela dejó su trabajo en la revista Vanity Fair para dedicarse por completo a la web: “Me pareció buena idea hacer una página con información práctica, un directorio pero bien hecho”, dice: “Se trataba de trasladar a internet el boca a oreja de las recomendaciones que nos hacemos entre dueños de perros”

Hoy, SrPerro tiene listados más de 200 locales de hostelería en Madrid y una cantidad similar de tiendas, y su vagabundeo por la ciudad buscando lugares amables con los perros —ella lo hace casi todo en la web— ha cristalizado en la primera guía Madrid con perro, un libro autoeditado que recopila 100 direcciones en los que los canes son bienvenidos.
“Son sitios a los que yo iría, con o sin perro”, señala Micaela, que aclara que hay distritos madrileños más o menos perrunos: “El centro lo es, sin duda, y zonas como Retiro o Salamanca menos, allí es muy complicado encontrar comercios permisivos”. Será, infiere, porque en esos barrios la media de edad es en general más alta.
Lo cierto es que en un recorrido por establecimientos dog-friendly de Huertas y Lavapiés, la mayoría de los propietarios son personas jóvenes, como Silvana Cordobés , del café Motha (c/ Santa María, 39): “Nosotros siempre hemos tenido perro y creemos que la mentalidad de la gente que lo tiene se acerca a lo que queremos con el restaurante”, explica: “La mayoría de los clientes se llevan una sorpresa agradable al ver que se puede entrar con perro, sólo hemos tenido una reacción mala”.

En El Mentidero Café (c/ Huertas, 68), un antiguo almacén con imponentes arcos de piedra reconvertido en espacio en el que conviven exposiciones de fotografía y muebles que están a la venta, están tan contentos con su faceta perruna que su propietario, Makram Awar, cuenta que está pensando en instaurar un Día del perro a la semana: “Por ahora es sólo un proyecto, pero nos gustaría que el café sirviera de punto de reunión de dueños de mascotas”, dice Awar. La creadora de SrPerro le advierte: “Hay que tener cuidado con juntar a muchos perros en un sitio cerrado”.

Fast Cool (Costanilla de los Desamparados, 6), una tienda y galería de arte especializada en ilustración, lleva su propio can incorporado, Wasabi, un Jack Russell muy activo y un poco territorial con sus congéneres, aunque no tiene problemas con los humanos. “Pero hay gente a la que le da un poco de miedo. Sobre todo a los turistas asiáticos, debe de ser algo cultural”, aventura su dueña, Marta Vallejo. También Passage Privé (c/ San Pedro, 8), una espectacular tienda de muebles del siglo XX, tiene su guardián, Boomer, un enorme Golden Retriever con cara de bueno: “Aquí entran perros y lo que sea, somos muy abiertos”, revela Nuria Quilis. 

 

Grandes almacenes  

La mayoría de los comercios que aparecen en SrPerro (y en este artículo) son pequeños, ¿pero qué pasa con los grandes almacenes y las cadenas de moda? Investigando, Micaela averiguó que las normas de H&M o Zara (todo Inditex, en realidad) permiten entrar en sus tiendas con perros, pero en muchos casos ni los propios empleados lo sabían. Ahora sí, gracias a la insistencia de De la Maza. También hay diferencias llamativas entre ciudades: En El Corte Inglés de Barcelona sí se pueden meter canes; en Madrid, sin embargo, no. “No he conseguido aún que me lo aclaren, pero no creo que los perros estén más educados en Barcelona que aquí”.




Entre los negocios que se adhieren —siempre de forma gratuita— a SrPerro y exhiben en lugar visible la pegatina de Colega no solo hay tiendas y locales de hostelería. También cooperativas de taxistas, profesionales que no siempre dejan entrar animales en sus coches. En el caso de eTaxi, señala su presidenta, Olga Martín, eso es condición indispensable para formar parte de la flota: “La mayoría de los conductores tenemos perros y además pretendemos implicarnos en las necesidades de los usuarios, que muchas veces nos transmiten sus problemas para coger un taxi. Por ejemplo, gente mayor que no dispone de coche y necesita llevar al animal al veterinario”. Aproximadamente, calcula Martín, el 50 % de las llamadas que reciben pidiendo un taxi son de clientes que quieren viajar con su animal.

La Infinito (c/ Tres Peces, 22), un acogedor café-librería de Lavapiés, es otro de los establecimientos que aparecen en SrPerro. Paloma Pérez y Antonio Rojas lo inauguraron hace 10 meses, y que esté abierto a canes resultó algo natural: "No nos lo planteamos. Simplemente, la primera vez que llegó alguien con un animal y nos preguntó si podía meterlo dijimos que claro que sí", explica Paloma.






María García, de la tienda de ropa, libros, discos y regalos La Integral (c/ León, 25), afirma que “en el centro hay muchos perros que van de compras con sus dueños. Nuestros clientes suelen tener perros, en general”. ¿Son los perros los nuevos hijos? El número de canes suele funcionar como indicador económico: cuanto más desarrollado el país, un índice de natalidad más bajo... y más perros. Desde luego, entre la actual situación económica y la casi infinita prolongación de la juventud, parece que los perros pueden considerarse, cuando no un sustituto, sí un paso previo a la paternidad.







 “Lo que sí es cierto es que la vida en la ciudad acaba desquiciando a muchos y los perros hacen de terapeutas involuntarios, generan una ciudad más amable y te ponen de buen humor”, dice Micaela de la Maza. Como queriendo darle la razón, Colega se acerca unos minutos después a curiosear a una mesa cercana. Micaela se levanta a por él y pide disculpas a sus ocupantes. No hace falta: el perro ya se ha llevado una caricia y una sonrisa de oreja a oreja





Fuente: El País / Darío Manrique Núñez