El amor por los animales, caracterizó siempre al "Varón del Tango", y cuando se mudó a una casa más grande, recolectó cuanto perro callejero, sin dueño o lastimado, anduviese
por ahí. En más de una oportunidad el maestro Leopoldo Federico comentó que Julio
le “cargaba en el auto” los perros que encontraba para llevárselos a su
casa. También ha llegado a pelearse cuando veía que alguien
maltrataba algún animal. Solo un lorito rompía con el esquema de perros
que había en su casa, y al que le enseñó a cantar La Cumparsita y
a despedirlo cuando se iba.